viernes, 29 de enero de 2010

UN DIA COMO HOY

Me atormentan tantas personas, me molesta escuchar, tantas voces alrededor; el llanto de los niños. Estoy en la playa y quiero salir corriendo, está la brisa marina, que a respirar su aroma anima, las gaviotas que con las nubes parece que chocan, el sabor de la sal, que invade los cuerpos.
Un día como hoy, prefiero que la única voz que se escuche sea la del viento. Venimos a este lugar por múltiples razones:
¿Me pregunto, cuántos vienen como yo, buscando lavar el espíritu, heridas, mente, familia, amor, corazones…? con el regalo de Dios que es el mar.
Un día como hoy, debían venir aquí solo las personas en silencio,
pero alrededor solo hay habladores de tonterías, fanfarrones de su dinero, cada uno tratando de superar al otro. Vinieron las mujeres operadas, a freír su piel; para ser más provocativas.
Están los niños, en franca diversión; compenetrados con el ambiente marino, a menos que una madre sobre protectora o un padre que no entiende, los interrumpa en esa relación con Dios, que es una muestra de cariño.
Hay muchas personas en esta playa pero, ¿cuántos estarán conscientes del verdadero significado de sus vidas?, ¿Será que profundizo y tengo temor a la condena?, que supongo he de que pensar.
Un día como hoy, no debí salir de mi cuarto, por alguna razón el Señor Dios, me permitió venir a ver la vanidad. Escucho las chicharras humanas y se que este mundo; es de todos, pero el mío es solo mío y en él, están solo los que quiero.
Un día como hoy, se que no todos se dan cuenta que la felicidad, paz, iluminación final o sentir la vida, comienza a buscarse y ya. Son admirables, los que deciden buscar ese camino; todo esta bien armado, solo que algunos no saben que lugar ocupan en el rompecabezas.
Hace tiempo leí: “Una persona es ENORME, cuando escucha asuntos de tu vida, cuando te trata con cariño y respeto, mira con mirada limpia y alegre. Es PEQUEÑA, cuando solo habla de si misma, se comporta de una manera gentil, cuando fracasa justamente en el momento que tenía que demostrar lo que es más importante entre dos personas.
La amistad, el respeto, el cuidado por los demás hasta del mismo amor... Una persona es GIGANTE cuando se interesa por los otros, cuando busca alternativas para su crecimiento, cuando sueña junto contigo. Es PEQUEÑA cuando se desvía de asuntos importantes para cosas sin sentido. Una persona es GRANDE cuando comprende y se coloca en lugar de otro, cuando otros no están de acuerdo con lo que esperan, mas ella esta de acuerdo consigo misma. Una persona es PEQUEÑA, cuando se deja regir por comportamientos preestablecidos. Es difícil convivir con esta elasticidad: las personas se AGIGANTAN o se ENCOGEN ante nuestros ojos. Juzgamos a través de centímetros, mas las acciones y reacciones, expectativas y frustraciones dan la medida del momento.
Una persona es única al extender la mano, o al esconderla en ciertas circunstancias, si inesperadamente, se torna más humana.
El egoísmo unifica lo insignificante. No es la altura, peso, músculos, que tornan una persona GRANDE. Es su sensibilidad hacía los otros lo que la hace sin tamaño”.
Cuando termine de leer eso me dije, SOY GRANDE, conozco tantas personas tan pequeñas.
Un día como hoy, se quien soy y me siento feliz de conocerme, hay tantos que tienen ese temor; de saber quiénes son.
Un día como hoy, doy gracias a Dios, por continuar viva y el lo sabe.
Un día Como hoy… mejor me voy a mi cuarto.

Yna Amelia Pino Blanco

El Yaque, 09 de Agosto 2008

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