MI GABÁN ZANGANERO
Salí de Maracaibo rumbo a Valencia
con Gabriel Alonso y tío Henry,
por esa carretera jorobando la paciencia,
llegando al El Venado, tío lo logró;
el bendito GPS, al fin programó.
Sacamos cuenta de nuestro capital,
120 Bsf entre los tres para desayunar,
poner gasolina y de paso almorzar.
Comenzamos a escuchar una canción
de un Gabán hablaba la melodía,
la música venezolana no me la sabía,
cuando nos dimos cuenta ese CD condenado
hablaba de puros Gabanes,
que los músicos han cantado.
En total fueron 61 versiones,
tenéis el gabán político, soldado,
desgraciado, malandro, moto taxista;
por si queréis una cola por la autopista,
borracho, parrandero y mujeriego,
gay, banquero, roquero,
Y hasta un gabán peluquero.
Gabán peonio, guate y yuquero,
Existe gabán coleador , mirón y de palo
La música venezolana
Tiene muchos en su haber
lo que no escuche primo
fue un gabán Zángano.
Que yo si lo voy a tener.
Así que con esta rima mía
te lo presento para ti y tus tías.
Este gabán de quien les hablo,
nació en tierras de Cabimas;
cultivó desde niño
la nobleza y caridad
cosechando amistad
y muchísimo cariño
cascarrabias y fosforito,
pero tiene un corazón tan dulce
como mango madurito,
así era mi gabán cuando era muchachito
es flaco y larguirucho
se viste cómodamente,
con los zapatos de perucho.
Cuando era pequeñito ¡hay que ver!,
no le gustaba la escuelita,
para ir lo llevaba cargado la abuelita,
era recibido por su maestra mamá Lisa,
mientras el gabán se quería quitar la camisa.
Desde niño suena los dientes,
no le hacía caso a sus parientes,
no le podía escuchar a su hermano
el Gringo decir: “Mamá hay moscas”,
porque con las manos se ponía a sacudir.
Pensaba que era verdad la cosa,
Con este mismo hermanito,
se agarraba de noche y de día,
lo peor es que no ganaba la partía.
No le podéis buscar pelea,
porque a estas alturas mi gabán zapatea,
debe ser por el tiro en el pie
que le dio su amigo, Fito Montero
que lo puso a llorar en un terreno,
no se toma sus pastillas,
se le olvida
después de noche le duele la rabadilla;
¡Ay! ¡ay! ¡ay! Trala la layyyyy
que gabán tan bonito.
La abuela Mercedes, siempre le intentaba agarra su pipi;
le tocaba la rodilla, porque y que le llegaba hasta ahí,
se la pasaba envuelto en una toalla
y aún no le importa si le guinda su regorgalla.
Es juguetón y querendón,
no se le conoce como mujeriego,
aunque se rumora que el susodicho
se disfraza de Magallanero.
Mi gabán de jovencito era por todos conocidos,
todas, toditas las muchachas suspiraban por él,
era cotizado, lo llevaban a comer helado,
no puede escuchar que hay una fiesta,
de una vez, confirma su asistencia.
Este gabán tiene una sonrisa picara;
podéis hablar con el de ciencia,
religión, economía y política.
Es muy familiar, le gusta mucho jugar el domino;
aunque de burro, alguien lo bautizó.
Te lo vuelvo a decir,
no se le puede buscar pelea,
porque si la pierde, el gabán zapatea.
De joven era deportista,
aunque una jugada del destino
lo saco de las pistas.
Este gabán del que les hablo
le gusta el beisbol, trompo, metra,
pero su deporte preferido,
es el control remoto de su televisor;
haciendo esto, se comporta como un señor.
Si te lo quieres llevar para un viaje,
no te preocupes amigo mío,
nada más tienes que llamarlo,
pasarlo buscando,
que ya su bolsita con ropa
el susodicho recogío.
Es buen copiloto,
está pendiente de que por la carretera
no se te atraviese un loco,
tiene su vida tranquila, ya es dos veces abuelo;
tiene la dicha que ya viene otro, el tercero
en su momento trabajo como un balancín,
por eso es que ahora su vida es un festín,
es buen esposo, padre preocupado,
lindo como hermano…
con esta me sonrío
orgullosa digo este gabán es mi tío.

Porlamar 21 de Enero del 2009

Yna Amelia Pino Blanco
Tío no me quietes mi lunar, o la pata te arranco